Infarto, el enemigo que no avisa

\”Las pichangas del fin de semana no sirven para prevenir afecciones al corazón\”, aclara tajantemente el cardiólogo Pedro Torres Eguiluz mientras subimos por las gradas hasta el quinto piso del hospital Carlos Alberto Seguín Escobedo de EsSalud en Arequipa. Al llegar falta el aliento, y mientras lo recuperamos, Torres explica que la gran mayoría de víctimas de un infarto nunca sintió un síntoma, estaban \”sanas\”.

Justamente eso le pasó a Jorge Marín de 54 años. Sufrió un paro del corazón mientras manejaba su camión en la plataforma comercial Avelino Cáceres en diciembre del año pasado. Sintió el dolor, apagó el carro y se subió a un taxi con rumbo al hospital de Yanahuara. Le diagnosticaron un infarto agudo de miocardio, es decir, su corazón no bombeaba suficiente sangre, produciendo falta de oxígeno en su cuerpo. \”Nunca sentí nada, jugaba fútbol los fines de semana y de pronto casi me muero\”, cuenta. Debía operarse o esperar un nuevo infarto.

Aumentan casos

Torres Eguiluz es además jefe del servicio de Cardiología de EsSalud en Arequipa. Percibe  que los infartos en los últimos años aumentaron. \”Es un mal silencioso, es cierto. Antes veíamos este tipo de casos 1 o 2 veces al mes, hoy son hasta 4 casos graves a la semana. Sin contar otros 15 diagnósticos por semana de enfermedades cardíacas tratables con medicamentos\”, indica alarmado el cardiólogo.

Además, crece el porcentaje de los diagnósticos en adultos jóvenes, menores de 40 años. También aumentaron la instalación de marcapasos para ayudar a que el corazón mantenga el ritmo de los latidos. Antes se hacían 2 al mes, pero hoy llegan hasta 15. \”Esto tiene causas históricas\”, continúa Torres Eguiluz.

En los años 90 e inicios del 2000, gran parte de las muertes en la región estaban vinculadas a la pobreza. Es decir, males como la osteoporosis o la tuberculosis que mataban a gente empobrecida. Pero con el nuevo milenio también llegó el progreso, y con él los hábitos del primer mundo. La comida rápida, alto consumo de azúcar y el estilo de vida sedentario están matando a la gente. Hay una suerte de acumulación de grasa en las arterias por estos hábitos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo en poblaciones de escasos recursos.

Jorge Marín casi se convierte en un número más. Iba a dejar una viuda y un huérfano de dos años. Pero fue operado el lunes y después de dos días ya camina por los pasillos del quinto piso del Alberto Seguín y hace su terapia de respiración con ayuda de su esposa Norma. A él le hicieron un baipás triple, que permite ahora que la sangre oxigene su cuerpo sin problemas. Esperanza Ese soplo de esperanza se lo dio el doctor Torres y todo el equipo de cirugía y cardiología de EsSalud.

Además ayudó en mucho el convenio que esta institución tiene con la Fundación Corazones con Esperanza (Hearts With Hope). Enviaron un grupo de 25 médicos canadienses especialistas en operaciones a corazón abierto. Hasta ayer operaron a 6 pacientes y hoy, como último día, pretenden realizar dos intervenciones más. Y es que debido a la falta de personal e instrumental especializado, el hospital central de EsSalud en Arequipa solo puede hacer dos intervenciones altamente especializadas al mes.

Esto ha producido una cola de hasta 150 pacientes por año esperando ser salvados. Muchos viajan a Lima buscando una esperanza o simplemente viven al borde de un infarto debido a esta deficiencia.

Uno de los últimos fue Juan Quijahuaman Salinas, un médico mollendino jubilado de 68 años que sintió algunos dolores en el pecho y decidió acudir a Torres Eguiluz. Cuenta que nunca en su vida había sentido un dolor en el pecho, \”y eso que caminaba 10 kilómetros al día para trabajar\”. Solo empezó a sentirse mal cuando bajaba y subía algunas cuestas o cuando caminaba por largo tiempo. Pero era mínimo.

\”Pensé que era algo tratable con medicamentos\”, dice agitado el galeno. Pero de inmediato el cardiólogo le recomendó un cambio de válvula de  la aorta. Esta arteria principal que bombea sangre al cuerpo estaba obstruida por grasa (colesterol). Quijahuaman ayer tenía unas horas con su nueva válvula artificial. Cada vez que hablaba se agitaba, pero es solo el inicio de su rehabilitación. Al igual que él, otros dos pacientes serán operados hoy. Pero siguen siendo más los que viven con la angustia de que en cualquier momento su corazón dé el último soplo.❧

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