La paz en forma de un árbol enano

Bonsai. Su cultivo es recomendada para los que sufren estrés y además da energías positivas a personas y la familia.

Rodrigo Muñoz tuvo una juventud \”muy acelerada\”. Por los fines de semana de \”juerga\” y los estudios terminó con estrés. Esto hasta que alguien le comentó sobre el bonsai, este arte milenario japonés que permite obtener tranquilidad y paz interior. Se trata de una técnica para \”criar\” árboles y plantas controlando su tamaño para que sean enanos.

Muñoz explica que el bonsai le quitó el afán de salir y desperdiciar su tiempo. Pero el objetivo no es ese, sino desestresarse de lo ajetreado que es la ciudad, trabajando más de ocho horas.

\”En estos casos el bonsai es una solución ideal\”, indica Juan Pablo Coyoche. Él empezó a criar bonsais hace 35 años y no ha parado. Hoy reúne, junto a su hermano, más de mil bonsais.

Arte milenario
El bonsai se ideó hace más de dos mil años en China y se expandió por toda Asia. En Japón tomó el nombre definitivo, que significa \”cultivar en bandeja\”. Por cientos de años fue exclusivo de esos países, pero tras la Segunda Guerra Mundial se extendió hasta Estados Unidos, Europa y América.
A Perú llegó hace cerca de cincuenta años. En los últimos años este arte se ha expandido.
Coyoche es uno de los primeros que lo aplicó en la ciudad y aprendió a apreciar esta técnica desde que un primo le regaló un bonsai hace 35 años.
En esos tiempos el arte lo desarrollaban solos, sin ayuda. \”Solo había algunas revistas que llegaban cada cierto tiempo y costaban mucho. Era muy poco el material que se conseguía para mejorar la técnica del bonsai\”, cuenta.
Técnica arequipeña
Aún así aprendió, aunque algunos árboles murieron. Para Coyoche cada árbol es como un hijo, un ser vivo que necesita atención y paciencia. \”El Bonsai además es salud y energía. Hace bien para todos\”, dice.
Tal es la técnica que ha perfeccionado que empezó a experimentar con árboles nativos más difíciles de imaginarse como enanos. El Schinus Molle es el más trabajoso y el que necesita más paciencia, sostiene. Empezó con esa especie hace unas décadas y hoy luce ejemplares magníficos.
También tiene algunos ejemplares de Yara, una clase de árbol espinoso propio de la sierra de esta región.
El arequipeño también exhibe un Ficus Panda, una especie rara japonesa. Es un pequeño árbol de más de 80 años que luce un tronco grueso y algunas raíces al aire. Se lo compró a un japonés hace varios años, cuenta. No quiere decir el precio de ese ejemplar. Solo un árbol japonés de algunos meses puede costar más de 50 soles y sin maceta.
Comunidad
La recomendación que dio Fredy Valderrama, presidente de la Asociación de Bonsaistas de Bolivia, es que críen bonsais desde su fase de árbol normal. \”Así le darán la forma que deseen y también aprenderán que la paciencia es la mejor amiga para este arte\”, explicó.
Él llegó para el primer Encuentro Internacional de Bonsaistas en Arequipa la semana pasada. Impartió clases básicas para el cuidado y sus beneficios para la salud mental. \”Nos provee de paciencia y paz mental\”, dijo. Los nuevos aficionados deben tener en cuenta que la forma del bonsai es la de su alma, acotó.

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