Grúas en Arequipa son la bestia negra de conductores

Odisea. Si su vehículo es remolcado por estacionar en zona rígida aliste la billetera. Hay que pagar S/262 para retirarlo. En Arequipa crece el rechazo al accionar poco transparente del municipio, Policía y  dueñas de las remolcadoras.

 

Las grúas cumplen una función vital. Retiran de las calles céntricas vehículos mal estacionados y cuya presencia provoca congestión.

De esa forma,  Percy Velarde, gerente de Transportes de la Municipalidad de Arequipa, justifica el accionar de estas unidades que recorren las vías a la caza de carros infractores. Son en total 16 remolcadoras, la mitad trabaja en el centro y la otra en periferia. Desde julio pasado, en las grúas va una policía mujer que da legalidad a la intervención. Velarde admite que en el centro ya no hay mucho trabajo. Por eso optaron por las vías periféricas.

Ahora rondan por las  avenidas Ejército, Francisco Bolognesi, Parra y Alfonso Ugarte; parque Mayta Capac, el Terminal Terrestre, plataforma comercial Avelino Cáceres, en busca de confiados conductores que dejan sus carros pegados a la acera.

Negocio redondo

Así se cargaron el carro de Edgar López Barreda el pasado martes al mediodía. Él se estacionó en la berma exterior de la segunda cuadra de la avenida Ejército  mientras recogía a su madre de la puerta del banco. Allí no obstruía el tránsito.

Demoró un par de minutos cuando ayudaba a su anciana madre a bajar por las escaleras.  Cuando de pronto vio que una grúa se llevaba su carro. El auto recién estaba por ser enganchado. A pesar de eso, la suboficial a cargo le dijo que se lo llevaría. López Barreda se trasladó hasta el depósito municipal ubicado al final de la calle Santa Rosa, cerca a la avenida Independencia, para recuperar su carro.

Cuando un vehículo ingresa al depósito no queda más que sacar la billetera. Se pagan tres recibos. El primero es una multa por la infracción de tránsito (S/ 55.08) que debe cancelarse en los primeros cinco días. El segundo recibo comprende dos ítems: S/ 41.30 por derecho a retirar el auto y guardianía (S/ 19.75 por día). Y el tercero es el pago del servicio de la grúa, que asciende a S/ 146. El pago total es de S/ 262.13.

Si hacemos la comparación, el pago por la grúa representa el 56% del total. Algo que es calificado como un acto \”usurero\” por el regidor Christian Talavera.

No existe señalética

Todos los entrevistados para este informe por La Repúblicacalificaron el actuar de la Policía como un abuso. \”Parecen delincuentes. Están al acecho y cuando te descuidas ya se están levantando tu carro. Lo peor es que no entienden razones\”, cuenta ofuscado Wilber Taco. A su auto Tico se lo llevaron desde el Terminal Terrestre. Aunque estuvo presente en el momento de la intervención la suboficial no le hizo caso. Encontramos a Taco dentro de su vehículo mientras era remolcado al depósito municipal.

El coronel Fredy Zegarra Black, jefe de la XI Región Policial, indica que en base al reglamento nacional de tránsito, si el conductor del auto se presenta lo que amerita es imponerle solo la multa, ya no llevarse el vehículo al depósito.

Para reducir la incautación de vehículos, las calles deberían estar bien señalizadas, agrega el gerente municipal de Transportes. Según el reglamento, para determinar una zona rígida debe existir el letrero \”Prohibido Estacionar\” y la vereda debe pintarse de amarillo.

\”El problema es que tampoco existe un mapa de las zonas rígidas en la ciudad\”, explica Percy Velarde. Y eso hace vulnerables a los conductores. No se sabe qué calles son rígidas.

\”Si está pintada con la línea amarilla es zona rígida. Eso les enseñan a todos los conductores\”, asevera a punto de molestarse Zegarra Black. Lo que refuta Velarde. Según el gerente, muchas calles que no son zonas rígidas fueron pintadas de amarillo por los alcaldes distritales. \”Ya encontramos dos casos con ese problema. Y quien sabe si habrá muchos más\”, indica.

Así se cargaron el auto de Elvira Ancasi, desde la tercera cuadra de la avenida Alfonso Ugarte, en el límite con el distrito de Hunter. \”Es inverosímil que se hayan llevado mi carro desde una zona tan lejana\”, asevera Ancasi, claramente ofuscada. Además alega que no había un cartel que indique que era zona rígida. Esta odisea la pasan a diario decenas de ciudadanos, a quienes solo les queda pagar con impotencia.

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