Manuel Villanueva es un sobreviviente de lo ocurrido en Aplao, la capital de la provincia de Castilla golpeada por la naturaleza. Con los ojos enrojecidos por el llanto, mira lo que era su casa, ahora enterrada por un amasijo de piedras y lodo. Eran las cuatro de la tarde del jueves y este comerciante se tomaba un descanso mirando televisión en su vivienda localizada en Caspani, anexo del distrito de Aplao. De pronto, comenzó una lluvia. En esta suerte de valle interandino las precipitaciones son escasas. Hace 60 años no ocurría un fenómeno similar. Por eso nunca imaginó que un huaico descendería de los cerros que rodean a este poblado. Una hora después, escuchó un estruendo ensordecedor. Salió de su casa y vio que desde un cerro sus vecinos lo llamaban desesperadamente. \”¡Corre, corre!\” Era muy tarde. La masa de lodo y piedras lo arrastró y le había llegado a los hombros. Pudo agarrarse de un milagroso tronco. Sus vecinos no tuvieron la  misma suerte. Reynaldo Hunder Ticona (24) y Jordi Yepez Idme (23) fueron arrastrados por la corriente turbia. Ambos habían llegado de Arequipa en plan de turismo. Villanueva vio cómo estos visitantes salían de su casa e  intentaron escapar en su auto. Como no pudieron, uno de ellos descendió del vehículo pero lo alcanzó el huaico. Para la otra víctima tampoco hubo oportunidad. Quedó sepultado dentro del auto. Su cuerpo fue hallado y rescatado con la maquinaria pesada entre el fango con rocas. Mientras en Caspani la torrentera sepultaba 30 casas, en la zona urbana de Aplao otra lengua de lodo y piedras enterraba a una joven de 16 años. Yudith Niña Mamani era del distrito de Majes, en la provincia de Caylloma. Llegó a Aplao para trabajar en el bazar de la comerciante Sandra Calcina. Quería ayudar a sus padres, cuenta una niña con la que hizo amistad. El 13 de febrero iba a cumplir 17 años. Según narra Calcina, la jovencita le pidió permiso para lavar su ropa. Yudith subió hasta la casa de su empleadora en la sexta cuadra de la calle Bolognesi, una cuesta empinada de 70 grados. Aplao está al pie de uno de los cerros que encierran al valle de Majes, 600 metros sobre el nivel del mar. Viéndolo en perspectiva, si fuera una zona de constantes lluvias, nadie se atrevería a vivir allí. Pero es árida y de escasas de precipitaciones. En la zona empinada se construyeron casas a punta de invasiones. Hasta que llegó la tragedia. El cuerpo de la tercera víctima fue hallado tras casi 12 horas de escarbar entre los restos de la casa. A las cinco de la tarde fue llevado en una camioneta mientras sus padres Raúl y Apolinaria lloraban desconsolados. Fue la tercera víctima de las lluvias en Castilla y la décima segunda víctima por las lluvias en Arequipa desde inicios de año.

Postales desoladoras

Al llegar a Aplao, luego de 3 horas de viaje en bus desde Arequipa, el paisaje ofrece postales catastróficas. A medio kilómetro, el río Majes, uno de los más extensos y caudalosos de la región, se desbordó, inundando decenas de hectáreas de chacras con cultivos de arroz. La vía en Caspani está interrumpida y hay que tomar un atajo para llegar a Aplao. En la capital de Castilla, Aplao, la calle Bolognesi fue destruida por los huaicos. Un auto Tico empotrado en una puerta y la casa que da a una esquina a poco de desplomarse. En sus habitaciones se ven muebles y electrodomésticos llenos de barro y piedras. En toda la calle hay destrucción. Las familias de esta localidad no pierden la fe. Recuperaban sus enseres con lampa y carretillas. Los postes de luz están en el suelo. Los tubos de agua potable y desagüe expuestos al aire. Igual las conexiones de telefonía. Al menos 30 familias se han quedado sin hogar, explica el alcalde de Castilla, Raúl Cáceres, y otras 300 están damnificadas. El servicio eléctrico se recuperó por unas horas pero luego volvió a suspenderse. Además un 20% de la población no cuenta con servicio de agua y quienes lo tienen es de forma restringida. Apenas para cocinar y lavarse la cara. Atención del GRA  El Gobierno Regional, encabezado por el gobernador Elmer Cáceres Llica y el vicegobernador Walter Gutiérrez, llevaron maquinaria, agua y algunos alimentos. Mientras Cáceres Llica se encargaba de dirigir la limpieza de calles y otras vías grandes, Gutiérrez entregaba 300 galones de agua de 7 litros, plátanos y bizcochos. Además, un escuadrón del Ejército ayudaba a las familias que lo requieren a limpiar sus casas. Cáceres anunció la declaratoria de emergencia de esta jurisdicción para atender a los damnificados. Para hoy se anuncia el arribo del presidente Martín Vizcarra a primera hora.

Insólito

Después de las familias que perdieron a sus hijos, están los que lo perdieron todo. Literalmente solo tienen lo que llevan puesto: polo, pantalón, sandalias y alguna manta. Así encontramos a Natalia del Carpio, maestra de 47 años, quien cuenta que nunca vio algo parecido. Estaba en su casa, la última de la cuesta en la calle Bolognesi, sola con su hija de cuatro años. Sintieron el estruendo de las rocas cayendo y salieron corriendo. No tuvieron oportunidad de salvar nada, explica mientras Augusto Vargas, su esposo, intenta escarbar para recuperar algo de entre las piedras. Su casa ya no existe, solo una ventana que da a la calle transversal a la Bolognesi. Lo mismo vive Wilda López, a quien encontramos en el anexo de Caspani haciendo una especie de carpa con algunas telas para proteger a su hija, que tiene un bebé en brazos. “Allá estaba mi casa”, señala. Solo se ve un tronco saliendo del barro que servía como poste de luz. Isabel Dávila tiene 74 años. Dice que nunca vio una lluvia de tal magnitud y menos un huaico. \”Nunca, nunca, joven, hemos visto algo así”, dice.

Fenómeno El Niño originó huaico 

La lluvia que desencadenó el huaico en Aplao se debió a este fenómeno de El Niño débil, según el jefe del Senamhi, Guillermo Gutiérrez. El especialista informó que el evento climático se caracteriza por precipitaciones dispersas en diferentes zonas de la cuenca baja y media. De acuerdo a reporte de Senamhi, en la parte alta de Castilla llovió sobre los 20 milímetros, valor histórico. Por su parte, el especialista José Luis Ticona dijo que estos eventos inusuales son difíciles de predecir porque no se cuenta con radares meteorológicos. Senamhi emitió un nuevo aviso que indica que las precipitaciones seguirán hasta el miércoles 13 en la sierra centro y sur.